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lunes, 30 de marzo de 2009

"No sirves para nada"

Escrito por Nahuel Logullo Sierra
2º de ESO

Había una vez un niño que tenía cinco años y que cada vez que le decían "no sirves para nada" descumplía un año. Se lo decían una y otra vez y el niño, en vez de crecer, se iba haciendo más pequeño. Cuando quisieron darse cuenta, el niño sólo tenía un año. Una vez más (pero por accidente) se le escapó al tío del niño y le dijo que no servía para nada y el niño descumplió el único año que tenía y se murió.

Esto enseña que a los niños hay que animarles para que se hagan mayores, no desanimarles, porque todo el mundo sirve para algo.

domingo, 29 de marzo de 2009

El Profesor (Fragmento)

Escrito por César Rodríguez García
Primero de Bachillerato.


Balbuceos durante veinte minutos. Algún que otro comentario gracioso amenizaba la lección, pero no conseguía quitarle su sopor. Todos miraban el reloj con preocupante aunque comprensible frecuencia, rogándole al cielo que ello acabase. La vocecilla (o vozarrón, según mírese) de fondo seguía “explicando”, ya fuera porque no le importase que no le hicieran caso o porque no quería darse cuenta. Tonto desde luego, no era.
Entonces él, inocente y crédulo alumno, alzó la mano para intentar resolver su duda, aunque sencilla y pseudo insignificante, imprescindible para con su objetivo: callar bocas sacando una notaza en el próximo examen. Tampoco era descabellado, con atender un poco y que le atendiesen menos, el sobresaliente podía estar cantado. O eso pensaba, ya que sólo Satán sabía qué clase de desdichado futuro le esperaba sobre su pupitre (véanse fotocopias de un manuscrito hecho rápido y mal). Por aquél entonces, el orgullo del muchacho estaba lo suficientemente intacto como para que, a diferencia de muchos compañeros suyos, no desistiese en su empeño.
Para su sorpresa, y muy a su pesar (Dios bendiga la ironía), el colegiado no le hizo ni puto caso. Siguió hablando, sin dejar claro de qué, ni siquiera si tenía que ver con su asignatura. A su vez era capaz de quejarse de los pocos apuntes que veía tomar. Pues en mi opinión, para vago uno, vagos todos.
A diez minutos del final de la hora, y con diez brazos en alto anhelando un turno de palabra, para deleite de todos, al profesor le reventó la cabeza, bañando de un rojo bastante atractivo todo cuanto se hallaba en la clase. No imagináis el grado de belleza que alcanza una pizarra cubierta de plasma sanguíneo, cuando no es el tuyo claro. El silencio fue unánime, y los que aún hacían como que atendían se limitaban a asentir, ya para complacer a nadie.
¡Plegarias atendidas! Sonó la campana. El miembro del cuerpo docente (porque lo dice él, por supuesto) cogió sus pertenencias y abandonó la estancia a la par que esbozaba una sonrisa que venía a decir lo contrario de “suerte en la prueba a muerte de mañana”. Sólo le faltó la risa diabólica. Y lástima que, en mi carencia de omnisciencia, no sepa lo que hace en su casa, pues me gustaría saberlo. No obstante, cavilo mucho, y tengo mis hipótesis… A pesar de todo, el día concluyó sin (más) incidentes.
Nueva mañana, y pudiendo establecer una semejanza con un ritual de cualquier tribu amazónica, se reunió en el anónimo centro de estudios aquel colectivo infantiloide, edades para todos los gustos. Tras otras clases con demasiada importancia para ser relatadas, arribó al fin el momento clave. El Némesis de los chapuzas se aproximó a su puesto de mando, abriéndose paso a resoplidos, y ordenó (cortésmente) a uno de sus “súbditos” que repartiese aquello que traía bajo el brazo (no es ilusionéis, no es una barra de pan, que de niño ya poco). Callando objeciones, todos los presentes asumieron que debían despejar sus mesas para dar paso a lo gordo.
Cual obra dadaísta, lo que menos cabía imaginar era lo que se encontraba plasmado en aquel atentado estilístico sobre papel. Y esto no quiere decir que se tuviese poca imaginación, sino que el autor de esa bomba de relojería poseía demasiada, combinada con una buena dosis de ganas de cachondeo. A simple vista, se podía apreciar que le había dado un “buen” uso al bolígrafo, no fuera que se electrocutase con la computadora (su alumnado no lo quiera). Así, el nuevo soberano de la integridad mental de todos los presentes, se auto-convenció de que todo estaba aclarado, y dio paso al comienzo del fin.

jueves, 26 de marzo de 2009

Espera.

Por Ainhoa Sánchez Morillas
(Primero de Bachillerato de Humanidades)

Aguarda el autobús.
Busca un nuevo mundo
donde no sea juzgada,
dañada, rechazada.

Da riendas a su mente.
Teme lo desconocido
¿dónde debe pararse
sentarse y pensar?

Sarcasmo. Ironía
Ni ha comenzado
¿Dónde ha de ir?
Irse, Dejar atrás.

Tras ella las
lasas hojas cortan
tanteando el fino aire.

Recuerdos que atormentan
¡Tanto tiempo olvidados!

Dos cosas más antes de partir
Tirar el tiempo pasado
Doblegar el futuro.

Romper la realidad.
rasgar la soledad.

viernes, 20 de marzo de 2009

Encuentro con Miguel Romero Esteo

Don Miguel Romero Esteo, Premio Nacional de Literatura Dramática 2008, clausuró el Taller de creatividad organizado por Ramón Soto.
Durante casi dos horas el escritor nos contó su visión de la vida, la cultura, la sociedad, el arte en general y la literatura en particular (de esto poco; ¡oh, paradoja!). Tuvimos ocasión de conocer a un hombre que por encima de todo (y a pesar de la edad) es "creativo". Esto significa estar en permanente tensión (intelectual y artística) para ser capaz de revisar, hasta la transgresión, todo lo divino y humano y sorprender a sus interlocutores. Posiblemente, la sorpresa sea lo que quede con más permanencia en el recuerdo de todos los que acudimos al encuentro.
A instancias de Ramón Soto dio un par de consejos a los que se quieran dedicar a la literatura en nuestro tiempo:
1. No caer en lo que creo recordar que definió como "psicologismo mecanicista", es decir, no repetir los modelos de comportamiento a los que estamos tan acostumbrados. Buscar la originalidad y lo novedoso, huyendo incluso del psicologismo. Ser creativos es el grito de este hombre entrado den años.
2. Buscar el fragmentarismo, anular la cohesión del texto, que todo sea un fluir inconexo (¿tal vez volviendo a un tipo de escritura casi-automática, me pregunto?...)
Los consejos predicados los podemos ver ejemplificados con maestría en cualquiera de sus escritos. Nos gusten o no, nadie puede poner en duda que don Miguel Romero Esteo ha sido y sigue siendo (lo que es casi un milagro en estos tiempos) un hombre coherente con sus principios. Un hombre cargado de historia que sigue viendo el mundo con ojos de juventud transgresora.
Esta es "mi visión" del encuentro. Espero que haya más, porque allí hubo charlatanes.



sábado, 14 de marzo de 2009

Y de pronto... otro poema.

Por Little Psycho.

Llueve.
Todo el jodido suelo esta mojado.
Tus zapatillas se resbalan entre los charcos.
Quién sabe, quizás haya más lágrimas que lluvia.
Joder, con la lluvia se te moja el cigarro.
Intentas encenderlo varias veces.
Pero se te apaga.
El cigarro ha terminado por mojarse.
¡Dios, qué asco!
Cómo odias la lluvia.
Escuchas los sonidos de las gotas al golpear tu ropa.
Te calan.
Estás mojado hasta los huesos.
Pero no es precisamente por la lluvia.
Tu alma hace mucho tiempo que es muy permeable.
Demasiadas personas dejaron su marca en ella.
Y la fueron destrozando.
Ahora apenas si quedan sólo retazos.
El agua te moja el pelo.
Las gotas te resbalan por la cara.
¡Qué puta suerte tienes!
Se te mezcla el agua con las lágrimas.
¡Ah, joder, y cómo necesitas un puto cigarro!
Metes la mano en el bolsillo.
El jodido paquete se ha mojado.
Lo miras.
Lo estrujas en la mano.
Lo tiras al suelo.
Lo pisas.
Y de pronto ríes:
¡joder, cómo se parece ese paquete de tabaco a tu vida!
Si, es jodidamente igual.
Un puto desecho que ya nadie quiere.

(No dejes de visitar su blog)

viernes, 6 de marzo de 2009

Clausura del Taller de creatividad literaria.

El profesor Ramón Soto nos da noticia de la clausura del Taller de creatividad y nos invita a acudir el próxima día 19 de marzo al acto que tendrá lugar en la Biblioteca de nuestro instituto, a las 18 horas.Tendremos la ocasión de conocer en persona a una de las figuras más relevantes de nuestro teatro contemporáneo: don Miguel Romero Esteo.Esta es la reseña que nos envía nuestro compañero Ramón y os la hacemos llegar tal cual:

"Se podría empezar glosando la vida y milagros de don Miguel, pero, antes que por eso, el mayor motivo para ir a escucharlo es que tanto sus palabras como su propia persona constituirán una huella difícilmente olvidable y que no dejará indiferente a quienes acudamos. El último de los escritores malditos -ni siquiera el reconocimiento reciente de la cultura oficial ha conseguido domesticarlo- de la literatura española, heredero de una tradición de lo grotesco que comienza en Juan Ruiz y va más allá de Valle-Inclán, autor de una obra desmesurada en todos los sentidos, Romero Esteo soltará (siempre que ha venido lo ha hecho) profundidades como puños camufladas bajo la máscara de la carcajada. Solo cuando volvamos a casa seremos conscientes del ejercicio sublime de arte grande del que habremos sido testigos.

De todas formas, por si alguien todavía necesita un currículo, ahí va la reseña bio-bibliográfica que se adjuntó al Ministerio, que finalmente patrocinará el evento.

Miguel Romero Esteo nace en Montoro (Córdoba) en 1930, aunque a muy temprana edad se traslada con su familia a Málaga. Tras un periodo de formación multidisciplinar en Madrid -Humanidades, Economía, Política, Sociología…-, comienza a escribir su ciclo de lo que la crítica especializada denominará «grotescomaquias» (muy celebradas por intelectuales de la talla de Fernando Lázaro Carreter, quien le dedica elogiosas reseñas), dentro del panorama de la vanguardia teatral antifranquista. Así, en 1972 estrena, en el Festival de Sitges, Paraphernalia de la olla podrida, la miseria y la mucha consolación, a la que seguirán Pontifical (que, en su momento, vio la luz en la prestigiosa Suhrkamp Verlag alemana), obra que fue editada por primera vez en España el pasado 2008 y fue merecedora del Premio Nacional de Literatura Dramática, y Pasodoble. Gracias a estas obras, Romero Esteo comienza a granjearse prestigio en el panorama internacional.

Tras Pasodoble, Fiestas gordas del vino y el tocino y El vodevil de la pálida pálida pálida pálida rosa, la colección “Letras Hispánicas” de la editorial Cátedra publica Pizzicato irrisorio y gran pavana de lechuzos, precedido de una «Introducción al curriculum vitae y al agua de rosas» que en afamados volúmenes de historia de la literatura española ha sido tildado como la última gran muestra de literatura picaresca.

Durante la década de los ochenta, huyendo del encasillamiento, la producción de Romero Esteo se centra en el estudio etnohistoriográfico y la reelaboración literaria de los orígenes de la civilización hispana en Andalucía. Destaca Tartessos, Premio Pablo Iglesias en 1984 y Premio Europa de Teatro al año siguiente. Considerada un «monumento literario», el autor confirma -durante un congreso literario en 2001- el rumor de que en esa época la tragedia fue propuesta como candidata al Premio Nobel de Literatura. Premio Enrique Llovet en 1987 (con Gárgoris, rey de reyes) y Premio Andalucía de Teatro en 1992, la notoriedad artística del escritor se va acrecentando. Al tiempo que ejerce la docencia universitaria, su interés por los más diversos asuntos ve la luz en sucesivas publicaciones: El barco de papel, La patética de los pellejos santos y el ánima piadosa y Horror vacui en el ámbito teatral; De los cantos campesinos del sol y de los villancicos de Montoro, Historia y musicología de los verdiales y Raíces del folklore andaluz: los verdiales en el terreno de la etnografía musical; Orígenes de Europa y coros de tinieblas y Tartessos y Europa en cuanto a la investigación protohistórica, y Territorios málakkos en el de la narrativa más o menos breve.

Nombrado hijo adoptivo de la ciudad de Málaga en 2000, actualmente trabaja, además de continuar con los orígenes de la civilización europea, en la antropología del hecho religioso en esas primeras civilizaciones, en aras de sacudir la polvareda de la historiografía “oficial”; mientras, la editorial Fundamentos, con la colaboración de la Junta de Andalucía, ha concluido la primera fase de la publicación de su teatro completo al cerrar un ciclo de ocho volúmenes dedicados a las «grotescomaquias» (difíciles de encontrar en sus ediciones originales, ya descatalogadas), y parece que procederá a la edición del ciclo trágico de los orígenes, circunstancia que se ve favorecida por el hecho de que, a finales de 2008, a Romero Esteo también le fue concedido el prestigioso premio Luis de Góngora por el conjunto de su obra." (Firmado: Ramón Soto)

Miguel Romero Esteo en Wikipedia
En el diario El País: Premio Naconal de Literatura Dramática
En El Cultural: El tardío rescate de un maldito del teatro...

No perdáis la ocasión de poder conocer a este autor... ¡¡Merece la pena!!