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sábado, 19 de mayo de 2012

Carlos Fuentes.


Dicen que el último twitter de Carlos Fuentes fue este:  "Debe haber algo más allá de la masacre y la barbarie, para sustentar la existencia del género humano y todos debemos participar en su busca". No importa si es cierto o no; define, en la breve medida de un twit, una parte de lo que fue su manera de pensar y actuar, su manera comprometida de entender la literatura.

 Este vídeo nos invita a pasar un día con Carlos Fuentes. 
Una manera como otra cualquiera - la lectura, por ejemplo - de seguir disfrutando de su compañía.



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jueves, 17 de mayo de 2012

Desescolarización.

¿Por qué no aprovechar las nuevas tecnologías para ser, también en el proceso educativo y de aprendizaje, eso que tanto deseamos: independientes, autónomos, casi libres...? La verdad es que todo a nuestro alrededor nos ratifica en la idea de que una enseñanza "desescolarizada" no solo es posible (viable), sino necesaria, incluso impuesta por eso que desde hace mucho tiempo venimos llamando modernidad, en el buen sentido de la palabra. Los conocimientos y las formas de adquirirlos nos "asedian" por todas partes, desde las pantallas gigantes de los cines, las no tan gigantes de tv, las más pequeñas de ordenadores, tablets y lectores de ebook, y las minúsculas de móviles, ipad, etc... Los libros de ahora no son ya de papel ni tan siquiera están hechos solo de palabra. La imagen y el sonido vienen en apoyo del alfabeto para facilitarnos el conocimiento. Los libros ya son audiolibros, libros digitales, interactivos, y se nos rinden cómodamente en cualquier lugar, a cualquier hora. De hecho la "biblioteca" ya no es un lugar, es más bien una circunstancia vital, pues los lectores la llevan con ellos a todas partes y puede llegar a convertirse en parte indisoluble de lo que son (los lectores saben de qué hablo). Las scribd, issuu, calameo, y todas las institucionales van con nosotros en un pendrive, las llevamos un un bolsillo del pantalón o de la camisa, muy cerca del corazón. Y en verdad contribuyen a hacernos más autónomos, más independientes, más libres y más instruidos (no sé si educados, también). Pero no solo la tecnología. La más inmediata realidad, el minuto a minuto de nuestro día a día nos impone unos modelos comunicativos altamente especializados, con un alto nivel de competencia para sobrevivir a la vorágine de un mundo cada vez más loco. Las aulas que se han cerrado a esta realidad, que no se han dejado conquistar por la "vitalidad" (vamos a llamar así a este caos de vida moderna que nos ha tocado), que se han negado a la marea de "debates", "coloquios", "cooperación", las aulas que se han encastillado (encorsetado) en el autoritarismo del "magister dixit" desde su tarima (todavía existen), su cátedra y su palabra y su pizarra sucia de tiza (incluso de colores, ¡jajaja!...) son aulas tristes, pobladas de bostezos y sueños. ¡Tan aburridas!... sin pizarras digitales ni ordenadores. La verdad es que cada vez las necesitamos menos (las aulas). Tal vez solo como puntos de encuentro para rendir cuentas de los conocimientos adquiridos y poder seguir ese camino de ascenso social que todos nos exigimos, conseguir esos títulos que son como llaves para abrir puertas de una buena casa, un buen coche, un buen puesto de trabajo (trabajo a secas ya estaría bien; y antes que nada). Tal vez, también, simplemente, como punto de encuentro. Como lugar de socialización. Pero tendrían que cambiar muchas cosas...