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sábado, 31 de enero de 2009

San Valentín: "Fiesta de la espuma"

Por Ramón Soto.

Como en aquellas estampas que en los libros antiguos pretenden ilustrar una aparición mariana, hasta el sol a su espalda acrecentaba ese nimbo divino, así irrumpió la muchacha por una esquina de la plaza. Acompasando la cadencia de los pasos, con un mecimiento suave de todo su cuerpo, todavía estaba demasiado lejos para poder contemplar tanto esplendor. Sí se adivinaban reflejos iridiscentes de la luz, a modo de aureola, sobre un pelo que solo permitía intuir la cara, cada cabello se dejaba gobernar por una extraña disposición armónica sobre un rostro que no podía no ser angelical. Procesión fuera de la semana santa, el vaivén de la figura inundaba con parsimonia el templo recién consagrado al tiempo que el número de fieles crecía. Ni siquiera la ropa era capaz de ocultar la efervescencia de una juventud ignorante de la escasez, sobreprotegida frente a la soledad por una efímera pero entonces arrebatadora condición adolescente. El milagro radicaba en que una escultura tan solemne pudiera moverse con esa gracilidad, a cada paso más cercana. En un baile sordo, donde cada paso originaba una secuencia celestial de música, se aproximaba el momento de la culminación, se presentía el éxtasis...
Mientras la chica iba al encuentro de su novio, que aguardaba mirando el reloj en la esquina opuesta de la plaza, un repentino destello de sol hizo brillar sendos regueros de saliva que serpenteaban desde los labios de dos ancianos sentados en un banco.

6 comentarios:

  1. Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, creo que ocurre lo contrario: una imagen no lograría transmitir la esencia completa de estas palabras.

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  2. Creo que... no me resultaría difícil verme en la situación de esos ancianos...

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  3. q cabroncete...
    eres un pureta!

    el de la bomba en el Guadalpín Bajo el Sol no te pegaba nada, ¡Cómo te atreviste con semejante mariconada en primera persona! pero esté, de absorbedor pasivo te pega mucho.

    Un abrazo, y aparece pronto

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  4. Me recuerda a aquella leyenda atribuida a Miguel Angle Buonarroti, cuando después de tallar su Moisés, se alejón y deijo: - Y, ahora, ¡anda!

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  5. Como se dijo en cierta serie televisiva, "acabarás como los viejos, haciendo la fotosíntesis en un banco (por fin entiendo los lunes al sol)"

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  6. Esteban:
    No proyectes sobre los demás los demonios que te atormentan. Que yo sepa, el rollo anterior podía ocurrir en Finlandia, Burkina-Faso, Bután, Sri Lanka, Bosnia Herzegovina, Alfarnate o Alfarnatejo, tus anhelos subconscientes son otra historia. Además, sí, soy un vampiro, pero estoy empezando a aborrecer la tercera persona ("¡Cómo va a saber un pobre hijo de vecino lo que están pensando dos o tres o cuatro personajes! ¡No sabe uno lo que está pensando uno mismo con esta turbulencia del cerebro va a saber lo que piensa el prójimo! ¡Al diablo con la omnisciencia y la novela!"; ¡di tú que sí, a por ellos, Fernando [Vallejo]! El tío no para: "Hoy por hoy no leo una novela ni a palos"; bravo)

    Israel:
    A sus pies. Enhorabuena por el premio.

    César:
    A ver si me largan pronto y entiendo yo lo que son los lunes al sol. Ya lo dijo aquel: "Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor".

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