Las tardías e irregulares lluvias, seguidas de plagas de aves y
langostas entre otras, han provocado una grave disminución de las
cosechas y la escasez de pastos. La producción de cereales en los cinco
países de la región se ha reducido un cuarto con respecto al año pasado y
es muy inferior a la media de los últimos cinco años. En Mauritania y
Chad, los agricultores apenas han conseguido producir la mitad de lo
obtenido el pasado año. Aunque existen reservas a nivel nacional, éstas
distan mucho de contener la cantidad de cereales necesaria para suplir
el déficit.
Incluso si el suministro a los mercados fuera
suficiente, los precios de los principales cereales están entre un 10% y
un 40% por encima de los precios habituales. En el Sahel, donde la
mayoría de las personas compran su comida, las familias más vulnerables
llegan a destinar el 80% de su presupuesto a la compra de alimentos. Por si esto no fuera suficiente, el dinero
que algunas familias recibían de familiares que se habían desplazado a
Libia y Costa de Marfil para trabajar también se ha evaporado debido a
los conflictos en dichos países. (Datos tomados de IntermonOxfam)
¿Quién especula con el precio de las semillas de los cereales y se está beneficiando a costa del hambre de millones de personas? ¿Quién se atrevería a denunciarlo, a poner no ya un nombre, sino un rostro a esos especuladores? Solo así, atajando la especulación, haciendo justicia real, se empezará a resolver realmente el problema de la hambruna, no solo en África, sino en cualquier punto de este planeta azul, tan hermoso si no fuera por la presencia en él de animales tan miserables como algunos ejemplares de homo sapiens.
http://wp.me/s9gnZ-sahel
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