Nuestro buen amigo Teo Rudolphi, en un gesto que le honra, nos hace llegar el microrrelato de su compañera Melania Aguilera. Aunque quedó en segundo lugar es muy bueno... Nuestra enhorabuena para ella. ¡Seguimos hinchándonos de orgullo por estos jóvenes artistas del relato brevísimo! (Y más su profe Ramón Soto, supongo - él dirá que el mérito es de los chicos, como si lo estuviera oyendo; ya, pero... - )
Era él.
En aquel momento supe que eras mío, las curvas, las líneas...La apariencia elegante, esbelta, ese azul oscuro penetrante , ese tocado dorado...
Simplemente me enamoré de ti; no sabía qué hacer ni cómo actuar, así que decidí entrar en el establecimiento en el que estabas y con una extraña sensación (nervios y un nudo en el estómago), me acerqué a ti, te miré fijamente y simplemente dije: "Eres mío" y pensé: "no te irás de aquí si no es entre mis brazos".
Entonces hice todos los trámites necesarios y diez minutos después salí del establecimiento con una bolsa en mi mano en la que estaba él, el vestido perfecto y esperado.
¡Qué más quisiera yo que haber podido tener el privilegio darles clase (a Teo por segunda vez)! Lo único que me queda, como a las amantes despechadas, es una foto con el ganador del Marbella Crea en el Ponte Vecchio, por encima del Arno. En cualquier caso, enhorabuena para ambos, que el mérito, por supuesto, es todo suyo. Y, por si quieren seguir cultivando el relato, acaso algo más extenso, dos libros estupendos, "La niña del pelo raro" y "Extinción", de David Foster Wallace (descanse en paz). Para muestra, un botón, extraordinario: http://ladyintheradiator01.blogspot.com/2010/01/encarnaciones-de-ninos-quemados.html
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